Reevaluación del papel de la oveja en el desarrollo local en Patagonia, Argentina

Resumen

La Patagonia posee los pastizales más australes del mundo y son parte de los últimos dedicados a la agricultura. La cría comercial de ovejas en la zona se inició sólo hace 100–120 años y prosperó hasta la crisis mundial de 1930, provocando la rápida colonización de praderas de diversa productividad. Además de esta diversidad agronómica, los riesgos natura­les, como las sequías o las fuertes nevadas, asociados a los caprichos de las políticas económicas, siempre han hecho de la cría de ovejas en la Patagonia una actividad muy incierta. En consecuencia, las ovejas perdieron terreno gradualmente como principal actividad socioeconómica, frente a la produc­ción de gas y petróleo, la pesca, y últimamente el turismo. Las cosas empeoraron durante el último cuarto del siglo 20, hasta el punto en que hoy la contribución de la agricultura al pro­ducto interno bruto regional es menos del 5%. Sin embargo, la cría de ovejas es la única actividad que asegura la ocupa­ción, aunque escasa, de la región y, debido a su carácter pio­nero, sigue desempeñando un papel importante en la iden­tidad de la Patagonia. Por lo tanto, creemos que la carne de cordero y la producción de lana, todavía tienen un papel que desempeñar en el futuro de la región, aunque argumentamos que esta posibilidad debe incluir uno de los tres escenarios que hemos llamado de «laissez-faire», «estacionario» y «ove­jas», según la intensidad decisional implicada y los fondos necesarios. Los tres escenarios podrían eventualmente coexis­tir, pero la sostenibilidad a largo plazo tendrá la última pala­bra.