Recomendaciones para el uso de vacunas contra peste equina en zonas no endémicas

Resumen

La peste equina (AHS) presenta tasas de mortalidad de hasta 95 %. Es producida por un orbivirus y transmitida por un Culicoides. La finalidad de toda campaña de erradicación y de control de AHS es la prevención de la dispersión del virus mediante el vector biológico. Las medidas de control incluyen el sacrificio, la estabulación de los animales sospechosos en establos adaptados contra la protección de insectos y la vacunación. La vacunación ha jugado un papel importante en la erradicación contra la peste equina, cuando ésta se ha presentado fuera del continente africano. Para el control se han utilizado tanto vacunas vivas (MLV), como inactivadas. La vacuna adecuada debe ser: segura, eficaz y disponible. No debe provocar ni la enfermedad, ni viremia y el virus vaccinal no debe adoptar una forma virulenta durante el pasaje por un equino susceptible. La vacuna debe proteger contra la muerte y los síntomas clínicos, pero sobretodo, debe prevenir la viremia en los equinos vacunados después de una exposición a la forma virulenta del virus del AHS. Se discute el método para probar el sistema de inoculación para asegurar la inmunidad. La vacuna debe ser facilmente accesible, lo cual implica que debe de encontrarse en los bancos de vacunas, o que las facilidades de producción rutinaria deben seguir las normas aceptadas a nivel internacional para la producción biológica. Una forma de asegurar la disponibilidad de la vacuna contra AHS, es la crio-conservación de stocks de MLV o de concentrados de vacunas inactivadas. El desarrollo reciente de una prueba diagnóstica que permite la diferenciación entre una forma de infección vaccinal de la forma natural, permite la determinación de patrones reguladores, de gran utilidad para el control de AHS.